Históricamente Cartagena cuenta con un pasado en el que se destaca el rol de una población esclavizada. Muchas familias cartageneras están marcadas por el sometimiento de sus antepasados, y esto, sin duda, determina en gran medida el devenir y el presente de sus habitantes. Aún la ciudad se presta para el exceso de la infamia moral y los cuestionamientos éticos. Hoy en día Cartagena sigue mostrando un contexto social marcado por todo tipo de vejaciones y abusos económicos, morales, emocionales y culturales, en el que priman los valores materiales sobre los valores humanos, y en que el hombre y la mujer hacen parte de la mercancía en circulación.
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